Cuéntamelo, por favor


"We're born with millions 
of little lights shiny in our hearts 
and they die along the way"

-Cuéntame cómo se acabó el mundo, Liath.

-¿Cómo se acabó el mundo? ¿De verdad quieres saberlo?

-Sí, Liath. Cuéntamelo, por favor.

-El mundo terminó cuando a la Mala Malísima empezó a dolerle el corazón y a temblarle las rodillas. Cuando decidió que ya bastaba de ser una pequeña señorita nada, y decidió salir a comérselo. El problema llegó después del primer bocado. Le gustó demasiado. Sabía a carne cruda, a lágrimas amargas y a café del bueno. Sabía a todo aquello que tenía prohibido. Sabía a pecado y a rendición, a traición y a lealtad, a limón y a sal. El mundo terminó cuando a la Mala Malísima se le olvidó que no siempre había sido mala.

A Liath le dolía en el alma cargar con el peso del fin del mundo sobre sus pequeños hombros. Durante mucho tiempo había sido la Gran Tirana de Pandora, Liath la Monstruosa. Nada ni nadie podía hacerla daño, nada ni nadie le importaba... Y entonces llegó él. Tan pequeño, con su sonrisa inocente y sin una preocupación en la vida. Con su estúpida valentía y su ridícula manía de no tenerle miedo a nada. "Me río en la cara del peligro". Tan parecido a su hermano pequeño, por quién dio todo pero no vivió para verlo.



Las luces de Liath estaban todas muertas,
pero Kiev era capaz de ver fantasmas.