A ella le encantaba esa canción que decía ''pero en el fondo son unos sentimentales, que se graban en la piel a la reina del burdel y se la llevan puesta a recorrer los mares''
Hacía que aún le quedaran esperanzas, porque demostraba que hasta el más duro caía en las trampas que tejen las mujeres con un par de pestañeos. Ya estaba harta de supuestos príncipes azules que terminaban saliéndole rana. Ahora sólo quería buscar a su pirata.
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