-¿Phoebe?
Articular palabra era una ardua tarea cuando tenías la boca tan seca como la tenía Rulo, y las cuerdas vocales inutilizadas desde hacía exactamente dos años, tres meses, una semana, tres días, doce horas y aproximadamente veintisiete minutos. Si, Vera había calculado con precisión el tiempo que había pasado desde que Rulo entrara en el coma. Madres sólo hay una.
-Rulo- Las lágrimas descendía por el rostro de Vera, quien era incapaz de retenerlas. -Rulo, por fin has despertado.
-¿Dónde estoy?- cada palabra era un mundo.
-Shh, cariño, no hables, descansa.
-Pero...¿Qué ha pasado? Dónde... ¿Dónde está Phoebe?
-Descansa, mi vida, ya hablaremos luego, que tendremos mucho tiempo.
-Sí, claro.- En ese momento, se giró, desconcertado. -Pero... ¿Tú quién eres?
La memoria puede jugar en tu contra, y hay que tener cuidado, porque es una gran adversaria.
ResponderEliminarUn beso enorme:)