Las oportunidades se me escurren entre los dedos

Parece que nunca estoy cuando hace falta. Y cuando me tienen ahí, no hay nadie esperando por mi. Hay mucha gente alrededor, y cuando parezco estar a punto de conocer a alguien medianamente interesante (interesante en plan: yo soy normal, no me consideres interesante que te puedo decepcionar), puuff!, desaparece.
Y esa es la historia de mi vida, día tras día. La magia se me escurre entre los dedos, no soy capaz de retener ni una pizca para mí. Egoístas, la queréis toda para vosotros.
No pido tanto. Pido una sonrisa de complicidad, una mirada orgullosa, una palabra de apoyo. Pido un abrazo que me haga sentir segura, un chiste malo en un día de perros, una bronca que acabe en la cama.
Pido una razón para creer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario