Absurdé.



Desde chiquitita había sido diferente a los demás. Los chicos se reían de ella, su madre la miraba con ojos llenos tristeza, preguntándose a quién habría salido. Su vida fue gris hasta que conoció a Azazel, el intrépido hombre bala. Quién la iba a decir que se vería tomando hormonas, porque su número, el de mujer barbuda, era el más aclamado.

Damas y caballeros, pasen a ver el circo.

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