El otoño había llegado con fuerza, y los árboles iban dejando caer sus hojas doradas y marrones, como todo en esa estación. Los semáforos cambiaron de color y América cruzo la calle hacia su cafetería preferida, como todos los lunes. Entró y pidió lo de siempre y un pedazo de esa deliciosa tarta de manzana que había visto en el mostrador. Encendió el portátil y puso en marcha la película que estaba viendo antes de salir, 500 días juntos.
-Al final se enamoran, siento chafarte el final de la película,- Eric estaba justo detrás de América con el café y la tarta- pero son todas iguales.
América sonrió con esa sonrisa tan suya, como si no estuviese en esta dimensión.
-Te equivocas, no se enamoran. -Volvió a la realidad con un parpadeo y sus ojos grises dejaron a Eric sin aliento durante una eterna décima de segundo. - Pero que se enamoraran no sería un final tan absurdo como piensas. En la realidad pasa.
Adoro la película que veía América, y el texto es genial :)
ResponderEliminar