Primavera, déjate aparecer por aquí.

La soledad oprime. Oprime el pecho como una firme garra de la que no te puedes desasir. Un suspiro tras otro, pues el único placer que tiene la soledad forzada es sentir como el aire inunda tus pulmones, sin llegar a llenarlos. Porque hay un vacío. La soledad es eso, un vacío que no se llena ni con aire, que dicen que entra incluso donde no hay nada. Me gusta imaginarme ese hueco como una especie de agujero negro en mitad de mi pecho (si, ahí en medio, que es donde más duele). Un agujero negro que a falta de materia absorbe felicidad. Y aire, a lo mejor por eso nunca llega a mis pulmones. Pero sólo son imaginaciones... Realmente es mucho peor, porque no hay nada. Por no haber no hay ni un agujero negro contra el que expresar mi rabia. Anda, pero es que tampoco hay rabia...
Sólo soledad...

2 comentarios:

  1. Abre los ojos, y quizás te sorprenda descubrir que no estás sola :)
    Un beso enorme!

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  2. Siempre diré que no hay nada que me dé miedo, excepto la soledad...
    Aunque esty segura de que a día de hoy no me dejarán sola, seguro que tú tampoco estás sola :)

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