¿Conoces la teoría de los siete doppelgangers? Dicen que hay seis personas en el mundo clavaditas a nosotros, que tenemos seis gemelos en alguna parte del globo.
Ayer conocí a uno de los tuyos. Nos cruzamos en el metro, y te juro que ya no es que vea tu cara en cada esquina de la ciudad en la que podrías o no estar, sino que estabas ahí. Carne y hueso.
Pero no eras tú.
¿Tendría gracia, no crees? Veintiún años sin cruzarnos jamás y ahí estabas, en el metro, línea 6, Nuevos Ministerios, en hora punta. En frente de mi. Casi de película.
Ya te puedes imaginar el vuelco que me dio el corazón. Empezó a latir desenfrenado. Mis ojos buscaron los tuyos, y los encontraron. Solo que no me reconocieron. Por un momento se me cayó el alma a los pies. Fue un segundo largo y agonizante. ¿Soy tan extremadamente fácil de olvidar?
Pero no eras tú. No eras tú. Los detalles son lo que os diferenciaban. Detalles como la voz, ese guiño que hacen tus ojos cuando los miraba fijamente, esa sonrisa ladeada cuando me tomabas el pelo. No vi nada de eso, y caí en que no eras tú.
Me he cruzado con uno de tus gemelos. Con uno de tus doppelgangers. ¿Y sabes qué ha sido lo peor? Que a pesar de saber que no eras tú, no podía detener los latidos de mi corazón ni pude refrenar mis ganas de verte.
Yo tenía las cosas claras hasta que has sido el avance de una serie supuestamente cancelada.
Me da miedo sentir que nuestra historia no se ha acabado. También me da miedo que la renueven para una nueva temporada.
Creo, que después de todo, el que me da miedo eres tú.
Me da miedo acabar enamorándome de ti.
Y todavía no has decidido volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario