Los ángeles también lloran.

Eric volvía tarde del trabajo el jueves por la noche. Era noche cerrada, siempre lo era a esas horas todos los otoños. Solo los lunes brillaban un poco más, vete tu a saber por qué.
Entonces, al pasar la última esquina de la penúltima calle, la vio. Se frotó los ojos asegurándose de que no era un espejismo. Sentada en un banco, con la cabeza entre las manos, estaba la pelirroja de los lunes. Su cuerpo se movía de arriba abajo de forma casi imperceptible. Un sollozo escapó de sus labios.
Eric, abrumado por la sobrecogedora escena, no se atrevió a dar ni un solo paso más. ¿Quién no siente un nudo en el estómago al ver llorar a un ángel? Semiescondido en la oscuridad, se dedicó a observarla,  como tantas otras veces, deseando ser lo bastante bueno como para atreverse a impresionarla.
Dos horas más tarde, ella se marchó, y Eric continuó su camino arrastrando los pies.

1 comentario:

  1. "¿Quién no siente un nudo en el estómago al ver llorar a un ángel?" Sin palabraas! :)

    ☮☮☮

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