Cartas que hieren.

Querido Yago,

Hoy no estoy tan enfadada contigo como de costumbre, pero tampoco te he perdonado. Creo que voy por buen camino para superar tu traición. Debería dejar de escribir estas cartas, pero quien sabe, quizás algún día encuentre el valor para mandártelas. También influye que estés en paradero desconocido, que si no ya habrías recibido alguna de esas en las que te canto las cuarenta.
Pero tranquilo, Yago, que he madurado. Ya no soy la niña ingenua que era antes. Ya nadie me va a engañar como lo hiciste tú. Ah, y ten por seguro que me encontraré. No lo olvides, porque te aseguro que en cuanto te encuentre me vengaré de lo que me hiciste.

Sin amor, la que no se encuentra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario