One way street

I sit and wait, does an angel contemplate my fate and do they know
the places where we go, when we´re gray and old... 



La iban a matar y ella se reía. Se reía, ¿lo recuerdas? Había traicionado a los suyos solo para demostrarle a un niño de seis años que no era un monstruo. Vivía en un mundo que la odiaba, y cuando iba a morir no se le ocurrió otra cosa que reírse de la muerte en su cara.
-Mucho has tardado, zorra de la guadaña. ¿No conseguías pillarme?

Estaba cansada de ser buena, y se colocó a sí misma la etiqueta de la mala de la historia. La máscara le duró muchos años, ya lo creo, nos engañó a todos. Pero se desmoronó cuando conoció a un niño que estaba todavía más perdido que ella. Por aquel entonces ya se la conocía como La Monstruosa.

-Ey, crío ¡tú no has visto nada!¡Largo!
-¡Yo seré el mata-horrores, seré tan malo que ni los monstruos como tú podrán conmigo!

¿Que cómo habían llegado a esa situación? Dejadme que os cuente la historia de cómo Liath perdió la cabeza, la razón y todo lo que se pueda perder antes y después de conocer a Kiev. Todo pasó mientras el mundo que conocían se desmoronaba sobre sus cabezas, mientras en las tormentas llovía sangre y mientras la esperanza estaba sepultada debajo de una pila de cadáveres.



’Cos i have been told that salvation lets their wings unfold
So when i’m lying in my bed thoughts running through my head
And i feel the love is dead I’m loving angels instead

Por un último baile

Kira corría por el callejón todo lo rápido que la permitían sus piernas. Llevaba bajo el brazo la armónica que había conseguido rescatar de la pira donde se estaban quemando todo aquello que pudiese producir música. Pasaba fugaz por delante de soldados que, al ver el objeto brillante entre sus manos, daban la voz de alarma. Pero Kira no iba a parar.

Llegó a los túneles después de correr durante dos horas sin parar. Lo había conseguido. Resoplaba e intentaba llenar de aire sus pulmones. Aunque los demás no lo entendieran, había valido la pena arriesgarlo todo por esa armónica.

"Voy a hacer al mundo bailar, y así podremos ser felices durante un rato"

Parece ciencia ficción

Don’t be that pathetic girl who thinks “he’ll change for me”. They never change.

Apareces. Desapareces. Si te he visto no me acuerdo. Pero ahora te importo. Vuelves a ignorarme. No dejas de pensar en mí. Deja de contarme tu vida. Crees que me echas de menos. Me ignoro un poco más. ¿Podemos vernos?

Y así es como pierdo la cabeza. Me vuelves loca con tus idas y venidas y al final me queda una sensación de alunizaje que ni siquiera yo entiendo. Flipo un rato, al minuto siguiente me enfado y para cuando ya te tengo superado, ¡zas! vuelta a empezar.

Te juro que no sé lo que me has hecho. Pero sí sé que la culpable de todo esto soy yo. Por consentírtelo, por permitirte volver todas las veces que lo has intentado y por no decirte nada en tus ausencias. Lo peor de todo es que no avanzo nada. Sigo igual.

Ok, I got it. He’s a looser, I’m a looser. Feel better?

Mundo, hoy soy mejor que tú

¡Me dejas sin palabras, maldita sea!

¿No te das cuenta, estúpido, de que no soy capaz de articular palabra cuando veo el reflejo del sol en tus ojos claros? Que me dan pequeños infartos cada vez que tu boca se acerca a la mía. Que mi corazón se acelera cuando apartas tu maldito egocentrismo y me miras como si en el mundo no existiera nadie más.
Pero tú, niñato egoísta, te empeñas en no verlo. Y yo, pequeña cobarde no sé como gritarlo más fuerte.
Y acabamos enfrentados en un pulso sin sentido del que los dos salimos heridos sin apenas darnos cuenta. Tú por perderme, yo por no ser capaz de retenerte.


Somos dos equivocados, pero por mí el mundo se puede ir a la mierda. Voy a estar dándole patadas hasta que reconozca lo nuestro.




Y puedo llegar a ser muy cabezota.

Musas de vacaciones

Todas mis historias de amor terminan como tú y yo.

Quemabas. Ardías.

Tenías el mundo a tus pies, podría haber sido tuyo. Pero decidiste que no lo querías, decidiste perder la batalla que luchabas contra ti mismo. Tregua. Bandera blanca. Rendición sin condiciones. ¿Cuándo dejaste de creer en la magia? ¿Cuando dejaste de creer en mi? 

Era nuestra mentira, no tenías ningún derecho a dejar de jugar sin consultármelo primero. Pero lo hiciste, ya lo creo que lo hiciste. Cerraste las maletas y te marchaste por la misma puerta que tantas veces nos había visto entrar cogidos de la mano.

Y desde entonces, te veo apagado. Sé que tú también lo sientes.
Ya no quemas nada, has dejado de arder.

Quizás ahora sea capaz de escribir nuevas historias de amor.



Y mirar al desastre a los ojos

Y mirar al desastre a los ojos
"Vuelve ya o por lo menos, que te hayas ido para siempre
que vivir en este ambiente no da para más"


¿Qué me vas a decir si después de que me rompieras en pedazos me eché a reír? No sé que esperabas, pero desde luego una reacción diferente ¿verdad? Siempre esperabas algo diferente de mí, yo nunca te decía lo que querías oír. ¿Es por eso que no me querías tener pero tampoco dejarme marchar? O quizá es que solo eres un niño grande al que le da miedo la soledad.

Te he calado, bribón. 
He tardado, pero lo he conseguido. 
Me distrajo que no fueras argentino.

Ahora soy yo la que se guarda un as en la manga. Solo yo puedo jugarlo, solo yo puedo ganar. ¿Te he dicho ya que solo apuesto sobre seguro?


"Tanto te espero, que desespero
ahora me faltas y ahora te tengo
hago recuento de lo que tengo y no tengo nada"

Pero tú tampoco.